martes, 9 de agosto de 2011

Breviario de 5 minutos.


Volamos entre nidos de apariencia, esperando poder advertir entre el aleteo incesante del devenir un atisbo de realidad consciente, objetiva, evidente y diáfana. Mientras, perdidos en el mar de sensaciones de nuestro tránsito, las suaves caricias de la brisa rozan nuestro plumaje ,la vista perdida en el horizonte dibuja conjeturas de las formas que esconde la neblina del pesar, continuamos moviendo con cegadora vehemencia las articulaciones de nuestro ser en la más violenta cima de nuestras dudas. Cómo aquél pensador apesadumbrado , nuestros músculos se contraen ante la barbarie de nuestra lógica que configura los movimientos violentos, convencionales, viscosos y autómatas de unos vocablos opresivos, coaccionadores y fronterizos de la materia. Y cuando aún nos encontramos en la vigilia de la ignorancia, caemos al inminente vacío, con la absoluta certeza de la determinación de nuestro vano esfuerzo abstracto en desengranar la práctica de nuestros pies hundidos en el barro, las gotas de lluvia deslizándose por nuestra efímera piel, nuestros ojos brillantes ante lo sublime de la incomprensión y decadencia de nuestro fin.

miércoles, 6 de abril de 2011

Nemo


El rostro desdibujado del descansado transeúnte contemplando con minuciosa y atenta mirada el horizonte escondido entre el gris y desalmado asfalto del puzzle urbano,no dejaba de acecharle la duda sobre si algún día podría encontrar alguna verdad entre aquella grotesca masificación de vidas,objetos, relaciones, convenciones, información...Le era agotador pensar que cualesquiera fueran los pensamientos que pudiera estar procesando hace algunos años, o a unos pocos metros los hubiera reproducido cualquier otro transeúnte de la Avenida Nihi. Sin embargo inexorablemente avanzaban sus disertaciones cómo el ratón con incansable afán en busca de una pequeña porción de queso que no ha visto, ni encontrará. No tiene otra opción, aunque en apariencia pudiera gozar de la oportunidad de cambiar de rumbo, o esperar simplemente que su búsqueda se entregara a otro objeto, la única certeza tangible tanto para el ratón como para nuestro querido transeúnte es que su camino continuará pese a tener claras evidencias que sus caminos buscan un fantasma, y que en el caso de encontrarlo no recordarán el motivo de tal gesta: un absurdo.

Así cumplía la tónica de sus últimos tiempos,caminaba por diferentes lugares y a diferentes horas, no hacía nada extraño, fuera de la normalidad, sus andares nunca suscitaron la extrañeza de otro caminante, su expediente académico no disgustó ni entusiasmó el ánimo de sus progenitores, bien sabían que su hijo transitaba con normalidad por el colegio, más tarde instituto y finalmente Universidad. El transeúnte no se dejó llevar por las modas de su tiempo, tampoco dejaba ver excentricidad en sus mudas, vestía lo que todos cuando deciden ir a alguna parte. Se podría decir que fuera a dónde fuera nunca estuvo allí, todo cuanto hacía y deshacía era imperceptible, correcto, corriente y mundano. No obstante le apesadumbraba el hecho de ver que todo lo hecho, lo que hacía y lo que le quedaba por hacer no le desvelaba nada trascendente, nada suficientemente relevante como para parar en su camino y emocionarse hasta quedar extasiado.Indiferentemente del tipo de verdad que pudiera sentir, él la anhelaba lo suficiente como para fingir que no tenía esperanza en ella y continuar transitando cómo en los últimos tiempos por la Avenida Nihi.